Proteger la salud visual es fundamental. Pocas partes de nuestro cuerpo humano son tan sensibles como los ojos. De hecho, después de cerebro, son el órgano más complejo, activo y rápido de todo nuestro organismo. Los ojos son esenciales para desempeñar buena parte de nuestras acciones cotidianas. Pero, ¿somos conscientes de protegerlos? Según los últimos datos publicados el 54% de los accidentes de trabajo con baja que afectan a la cabeza tienen como parte dañada los ojos. En 2022 más de 17.000 personas tuvieron que coger la baja por accidentes de este tipo. Muchos de ellos fácilmente evitables.
Dos son las principales causas de lesión: el traumatismo y la exposición y según los datos oficiales el 80% de los afectados son hombres que se dedican a actividades relacionadas con la industria, la construcción y la agricultura.
Un caso real
«El día del accidente, al necesitar el trabajador preparar una nueva disolución, vertió en el suelo los restos de sosa que habían quedado en el cubo (…) Esta acción dio lugar a la proyección de la sustancia desde el suelo hacia los ojos del trabajador, provocándole quemaduras graves en ambos ojos». Esta es una historia real recogida en el BINVAC, la Base de Datos de Accidentes Infestigados, y refleja a la perfección como se producen este tipo de accidentes:
- Carecer el accidentado de gafas o pantalla facial de seguridad
- No disponer de una zona específica para realizar la disolución
- Ausencia de lavaojos y duchas cerca de la zona donde se manipula la sosa
- No existen procedimientos de trabajo e instrucciones especificas por escrito
Cómo proteger la salud visual
La Organización Internacional del trabajo en la campaña que lanzo hace menos de un año marcó las líneas de trabajo que se deben tener en cuenta para proteger la salud ocular de los trabajadores. En primer lugar, como es lógico, prevenir la exposición a los riesgos. Gafas de protección o pantallas son herramientas útiles que permiten minimizar el riesgo y los posibles daños en caso de que partículas, elementos químicos, fragmentos voladores o incluso herramientas puedan alcanzar los ojos. Eso sí, no todos los EPIS son válidos para cualquier situación, así el plan de prevención debe valorar cuáles son los más efectivos: de protección lateral por ejemplo si hay riesgo de material proyectado, con filtros en el caso de trabajar con soldaduras o de protección si se manipulan productos químicos.
LA OIT, además, va un paso más allá y además de prevenir apuesta por preservar la salud visual de los trabajadores a través de planes de seguimiento y control. «Los trabajadores deben ser informados de los peligros que pueden afectar su salud visual». Así, no solamente se deben tener en cuenta los accidentes traumáticos, sino también otro tipo de riesgos como el de la exposición prolongada a pantallas.
Por último, puntualiza que es necesario que en los planes de prevención se incluya la perdida natural de la vista para poder adaptar las campañas de formación y los métodos de prevención a esas circunstancias. Planes de prevención que deben incluir también la formación.
Medidas sencillas que pueden rebajar la incidencia de este tipo de accidentes que según el INSST suponen que alrededor de 10 personas por hora sufren lesiones oculares en el trabajo.