Dos vehículos chocan.

Los ALT provocan un 10% de las bajas laborales.

Los accidentes laborales de tráfico son la segunda causa de muerte por accidente laboral. Aunque no seamos conscientes, gran parte de los trabajadores se enfrentan a los riesgos derivados de la movilidad. Los profesionales, por formar parte de su día a día (en misión), y los conductores no profesionales por tener que desplazarse hasta el lugar de trabajo (in itinere).

Tomar conciencia de esta realidad es el primer paso para reducir los accidentes de trafico laborales. En 2021 supusieron el 11% del los accidentes laborales con resultado de baja. En España una incapacidad laboral temporal tiene una duración media de 41 días. Por tanto, los accidentes laborales de tráfico supusieron la pérdida de más 2,8 millones de jornadas de trabajo. Además, uno de los datos más crudos, dice que el 30% de la mortalidad laboral está vinculada con los accidentes de tráfico laborales.

Responsabilidad

Por tanto, todos los agentes deben tomar medidas para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores. Los empresarios tienen una doble responsabilidad. La derivada del marco legal durante la jornada laboral, pero también tienen la responsabilidad moral de influir en el comportamiento de sus trabajadores fuera de esa jornada. De hecho, ‘in itiniere’ se producen 6 de cada 10 accidentes de laborales de tráfico.

La integración de la seguridad vial laboral en el sistema de prevención va más allá de ser una medida que mejore la productividad (menos accidentes, menos coste). Debe ser entendida como un compromiso moral y social. En realidad, la movilidad forma parte del proceso productivo de cualquier empresa (es necesario que los trabajadores lleguen al centro de trabajo o se desplacen a diferentes lugares para acometer mision.

Como toda inversión en prevención, la que se realiza en seguridad vial tiene unos beneficios que no solo se reflejan en el rendimiento económico. Además, supone invertir en capital humano (bienestar del trabajador), en la reputación de la misma (cuidar a los trabajadores) y en el compromiso social (reducir accidentes, también reduce costes a la sociedad).

Factores de riesgo

Una persona conduce un auobus.

Existen factores que incrementan el riesgo de sufrir un accidente de tráfico.

Los factores de riesgo que afectan a la seguridad de los trabajadores en lo relacionado con la movilidad son variados:

  • Vehículos: Aunque es cierto que cada vez son más seguros, la tecnología que incorporan hace que las distracciones aumenten. GPS, equipos multimedia… provocan distracciones si no son bien utilizados.
  • Infraestructuras: No todas las vías están preparadas para asumir determinados volúmenes de tráfico o nuevas formas de movilidad de forma segura. La falta de vías seguras, por ejemplo para bicicletas o peatones, también aumentan el riesgo de sufrir un accidente e impiden reducir el uso del vehículo privado.
  • Entorno: El desarrollo urbanístico ha hecho que la población viva alejada del centro de la ciudad y de los centros de trabajo. Espacios abiertos y alejados hacen que la movilidad sea una obligación y, por tanto, cada vez menos personas pueden acceder a su puesto de trabajo sin utilizar el vehículo. Además, los desplazamientos cada vez requieren más tiempo, esfuerzo y energía para los trabajadores lo cual hace que su bienestar se vea reducido.

Factor humano

Todos estos factores afectan, de una manera u otra, al elemento fundamental que ha de centrar los planes de prevención en seguridad vial laboral: la persona. En la mayor parte de los accidentes el factor humano es determinante. Una sensibilización sobre seguridad vial es la mejor herramienta para prevenir la siniestralidad.

La fatiga, el sueño, las distracciones o el estrés son algunos de los factores que aumentan el riesgo de sufrir un accidente. Aunque la acción preventiva pueda parecer complicada, ya que la mayor parte de los desplazamientos suceden fuera del ámbito laboral (el 30% del volumen del trafico nacional lo representan los in itinere), un plan de prevención bien planificado sí puede ayudar a crear hábitos saludables a través de diversas iniciativas como por ejemplo:

  • Reducir el uso del vehículo privado.
  • Buscar el equilibrio entre vida laboral y privada.
  • Incentivar las dietas saludables.
  • Actualizar las destrezas de conducción de los trabajadores.

Plan de prevención integral

Si una empresa tiene en cuenta la movilidad dentro de su plan de prevención, podrá adaptar su organización para crear un entorno mucho más seguro. Así, por ejemplo, incorporar señalización vial en sus instalaciones, adaptar los horarios para evitar que los trabajadores se enfrenten a horas punta de tráfico o garantizar los descansos adecuados pueden ser medidas preventivas que reduzcan riesgos.

Asimismo, los agentes sociales también deben formar parte de esta nueva cultura preventiva relacionada con los accidentes de tráfico ya que la movilidad y el desarrollo sostenible son elementos clave en el mundo actual. Para ello, es necesario un sistema de transporte público universal, la incorporación de nuevas fórmulas de movilidad realistas y, sobre todo, la creación de espacios seguros de movilidad que permitan el flujo de personas de un lugar a otro.

Trabajadores, empresa y sociedad tienen, por tanto, que aunar fuerzas para reducir los accidentes laborales de tráfico ya que no solo suponen un coste económico, sino también social.